Omnipresentes. Efímeras. De uso breve. Así se podría describir a una simple bolsa de plástico, que deja de ser simple y se convierte en un problema complejo cuando se transforma en basura. Basura que luego se acumula, tardara años en degradarse y contamina. Se convierten en un fiel reflejo de una sociedad desechable.

Si bien se pensaron y diseñaron para un uso breve, son muchos los años que permanecen entre nosotros. Muchos vienen imaginando un mundo alejado de este tipo de plástico. Y existen quiénes a ese uso breve le encuentran una vida mucho más larga, dando una segunda oportunidad a una simple bolsa de plástico, convirtiéndola en accesorios.

Nani es una joven diseñadora que desde el 2019 viene pensando en encontrarle utilidad a materiales de desechos. Así nació VOLSA “en el 2020, año en el que muchos frenamos las actividades que veníamos realizando, es que pude retomar el proyecto. VOLSA surge de la necesidad, como diseñadora, de crear algo que genere el menor impacto en el medio ambiente. Esta idea se vio potenciada por la pandemia, que nos vino a mostrar con más énfasis que algo había que cambiar.”

Trabaja en la creación de accesorios agregando valor a materiales en desuso. Se centra en entender a la materia prima desde su funcionalidad llevándola al plano del diseño. “La decisión de usar las bolsas de verdulería sin procesos previos más que el de limpieza y acondicionamiento de las mismas (es decir, literalmente una bolsa de verdulería hecha Bolso) es lo que la hace una propuesta distinta y controversial. No todo el mundo quiere usar una bolsa de verdulería por la calle. Agradezco a quienes lo hacen, porque para mí es una forma de protesta.”

El proceso creativo está divido en dos “por un lado está el material hallado en los descartes. Cada textura me inspira formas y modelos distintos. Y por otro lado está la parte funcional de esos materiales. Hay grosores, tramas y composiciones que tienen posibilidades distintas de adaptación. No se puede hacer con todos los materiales lo mismo. Con la funcionalidad del material se termina de definir el modelo.”

Cada bolsa nueva es un nuevo reto y simboliza diversión para su creadora que considera que “la infinidad de posibilidades a realizar es en sí misma una inspiración.”

Los desechos plásticos dejan de ser basura si se los mira desde otro lugar. Para la joven diseñadora es muy atrapante este tipo de material. Encuentra en ellos no un uso breve, sino todo lo contrario. La versatilidad que reúne este tipo de desechos ofrece una amplia gama de colores, texturas y patrones. Así como también características como livianos, resistentes, impermeables….

“Mi universo profesional siempre fue la moda. Es un lugar que amo pero que a la vez con mucho por cambiar. Lo más importante es ser conscientes de los desechos producidos. El descarte textil es uno de los grandes problemas de contaminación a nivel mundial, por lo que pensé en utilizar ese descarte y combinarlo con el de bolsas de verdulería, que siempre me interesaron por sus colores y texturas.”

Al ser un producto poco convencional Nani trabaja su proceso de producción por pedidos, “hago un modelo y en conversación con cada cliente elegimos cuales son los mejores colores y materiales para realizar el propio.”

Trabaja también por stock “si dispongo de mucho material similar, hago una pequeña cantidad de bolsos que subo a la web con imágenes de cada uno, a pesar de ser el mismo modelo, no hay uno igual a otro.”

Y ofrece una línea única, “un sólo producto con un diseño exclusivo y determinados materiales.”

Al existir diferentes procesos de producción “tiene algo de lo artesanal, de lo individual y del trabajo en equipo. Los modelos en los que realizo stock van a taller para que ser producidos.”

VOLSA es una marca cuyos seguidores “poseen una conciencia de cambio de hábitos que, por suerte, hoy está creciente en todas las generaciones.”

CAMBIOS NECESARIOS PARA UNA NUEVA MIRADA

Nani es de una generación de diseñadores que busca una moda más amigable con nuestro medio ambiente. “La moda es una herramienta super enriquecedora si la sabemos ver con ojos críticos. Es un lugar de inspiración para el vestir. Desde ahí no siento que haya mucho que cambiar.”

La industria de la moda es la segunda responsable de la huella ambiental, uno de los mayores problemas son los desechos que genera y el escaso reciclaje, ya que sólo se realiza un 1%, mientras la producción excesiva crece día a día.

“Hablando específicamente de Argentina y al estar trabajando con Marcas de indumentaria hace tiempo, creo que uno de los focos tiene que estar puesto en las fábricas textiles.” Afirma la creadora de VOLSA y considera “que si los textiles dejaran de ser de tan baja calidad generaría, en principio, que las personas no tengan que comprar todos los años un mismo producto porque se rompió o se deterioró rápidamente.”

El plástico es sin dudas uno de los materiales que más representa al mundo de lo moderno. Un material que ha traído grandes beneficios para una vida más fácil, pero que se torna complejo cuando el consumo se va de las manos y contamina.

Alguna vez Eduardo Galeano dijo “en un mundo de plástico y ruido, quiero ser de barro y silencio” En las creaciones de VOLSA esto toma sentido. Es necesario un cambio urgente y diseñadores como Nani renuevan las esperanzas de creer que esto es posible «suelo decir que me gustaría que VOLSA crezca y que transcienda fronteras para poder recuperar más y más residuos. Sé que ese crecimiento está siendo relativamente lento, pero a su vez pienso que quizás sea la mejor forma de forjar unos cimientos sólidos”

Para conocer más sobre esta marca buscala en Instagram @volsa.reu

Además podés ingresar al sitio web www.volsa.empretienda.com.ar