Salió la biopic de Fito Páez y removió los corazones. Se convirtió en la serie más vista de la plataforma de la gran N en Latinoamérica. “El amor después del amor” es una serie de 8 capítulos que repasa los primeros 30 años del músico rosarino Fito Páez. ¿Qué pasa con las “chicas mágicas” en la serie?

Gaspar Offenhenden e Ivan Hochman interpretan a Fito

Tal vez acaso por la muerte temprana de la madre de Fito, Margarita Zulema Ávalos, quién desapareció de la vida del artista cuando él tenía 8 meses, el músico siempre estuvo rodeado de figuras femeninas que según muestra la serie, lo maternaron y hasta “salvaron” de una depresión atroz.

Fue criado por su abuela Belia y su tía abuela Josefa, que por pedido expreso, se instaló en la casa del viudo, Rodolfo Páez, (padre del músico), para criar y cuidar juntas al niño Fito. También vemos en la serie empleadas domésticas y una niñera, (Felipa), con la que acaso el músico sintió sus primeros despertares de amor erótico que, sin embargo, terminó de la peor manera, como abuso sexual. Salvo por este episodio terrible, que sólo es sugerido al espectador, el creador de “Tumbas de la Gloria” estuvo rodeado de mujeres que lo aconsejaron, enseñaron e inspiraron pero, ¿Cómo aparecen en la biopic?

La serie, que eligió llamarse como el disco más vendido en la historia del rock nacional, muestra a grandes figuras de la escena musical como Juan Carlos Baglietto o Charly García, pero también a mujeres referentes del rock, como Hilda Lizarazzu y Fabiana Cantilo. A diferencia de los hombres, Hilda casi no tiene una línea de diálogo. Con Fabi Cantilo, es distinto, la vemos siendo corista y objeto de deseo de amor de Páez. La observamos feliz siendo una de las preferidas de Charly García (casi al nivel de “minita”) y luego, ya en pareja con Fito, en clínicas de rehabilitación por consumo problemático de sustancias y ayudándolo a salir de una de las crisis depresivas más fuertes del artista rosarino. Es que “las madres” del artista fueron asesinadas en un acontecimiento terrible y turbio en el año 1986, que llevó varios años a la Justicia dilucidar el entramado de ese evento y, en el mientras tanto, también sumió a Fito en un sinsentido existencial.

Las declaraciones de Fabiana Cantilo

Lo cierto es que Fabiana Cantilo, expresó estos últimos días a través de sus redes sociales que ella no era “sólo una corista” por aquellos años en los que fue pareja de Fito Páez y en los que se centra la biopic. Los medios de comunicación y las redes aprovecharon para condenarla de egocéntrica, exhibiendo que no es una reivindicación feminista que la artista reclame una presencia verídica en la serie con lo que era su realidad en la escena del rock por aquellos años.

¿Para qué se hacen series biopic que sólo muestran historias oficiales del rock? ¿Para qué se vuelve al pasado si siempre van a seguir contando todo desde la mirada de los hombres, con un repaso obvio y ensombrecido hacia las mujeres y disidencias? Invisibilizadas en su arte, solo expuestas en su rol de cuidadoras y cocineras. La niñera vista como objeto de deseo de un niño en su despertar erótico, la mujer deseo sexual de un adolescente, la mujer como protectora de su pareja, musa y acompañante objeto del músico estrella.

¿Es injusto que una artista de la talla de Fabiana Cantilo exprese su disconformidad por su aparición tan nimia en la serie más vista de latinoamérica en la actualidad? ¿No les parece un poco injusto que su figura se centre en el vínculo sexo afectivo que tuvo con Fito Páez y nunca se la muestre componiendo y creando canciones geniales con él, por ejemplo, ya que también tenían un vínculo laboral-creativo?

Las mujeres en el rock no sólo fueron groupies o musas de músicos. Fueron figuras valientes que se animaron a ser voz de resistencia. Fueron excelentes músicas que por el contexto sociocultural y político no tuvieron las mismas oportunidades que los varones rockeros en idéntica escena musical. No gozaron de la misma pasión, confianza y dinero que les prodigaron a sus colegas hombres sino más bien, la de ellas fue una carrera de dificultades, limitaciones e impedimentos y cuyo mayor obstáculo insalvable, fue, y sigue siendo, el machismo.

Y sí, Fabiana Cantilo tiene derecho a quejarse, porque seguramente más adelante elijan hacer biopic de Charly García, de Andrés Calamaro o de otros músicos varones antes que de ellas. Y si las hacen, (que nos parece bien), también pedimos retrospectiva feminista, una mirada que reivindique a las mujeres como lo que fueron: artistas creativas, valientes, combativas y co-creadoras junto a los hombres, no sólo musas inertes que valen sólo por la belleza que la natura confirió.