Algunos amores se van y se van momentos increíbles. Personas que quisimos tener cerca y oportunidades se van y un modo de vivir y un lugar por el que pasamos una vez y algo que pensábamos no olvidar jamás y un amigo que desaparece y los padres se van. Un hermano y un animal querido en su tiempo y lo que arrasa un temporal y las cosas que nos marcaron en una edad y las señas particulares y nuestra capacidad de hacer algo con ímpetu y el deseo furioso a cualquier hora en la insatisfacción y el interés por un objeto tan preciado. Ayer y el tiempo que perdemos sin darnos cuenta y una última conversación y el recuerdo templado de una compañía y la visión clara de un punto lejano y lo que soñábamos y esa historia que parecía interminable.

La gloria y el amor y también el odio y el interés por algo propio y por algo que jamás nos pertenecerá y el deseo, en la sed temprana.Y todo va dejando un espacio, en el placard, en un estante desnudo, en un vaso que queda vacío, en un cajón que es inútil cerrarlo porque espera y va dejando una prenda de vestir colgada, bamboleándose de soledad entre las perchas y la casa que se habitó en la niñéz, el patio lavado y una intemperie desolada y un silencio inexplicable y un camino sin retorno, un lugar de donde no se vuelve porque fue tan grande el error y algo revisado muchas veces pero sin añadir y tanto escrito, pensado, no dicho y algo incompleto y lamentándose, quizás, una experiencia, y una situación discordante con alguien y deudas del lado izquierdo, fotografías, documentos, expectativas, utopías, razones para continuar, razones para olvidar…

Pero si algo se va, si algo se pierde, si algo se olvida, se detiene o se clisa en un descuido, o termina por romperse, otra cosa habrá en su lugar, otro ocupará la silla en el comedor, se volverán a pintar las paredes, a creer en una posibilidad que hasta entonces parecía incierta, poco loable, se tocará un borde extremo, se rondará un lado espeluznante, se comenzará a girar como una bola hacia el hueco por donde caer, con un golpe suave, dirigido, de un taco frotado con una tiza, en la extensión de un brazo, de un cuerpo inclinado en ese ángulo, al rás del paño verde, como si fuera un juego.

GRACIAS Anahi Tiscornia por la Ilustración