Una de las estrategias más usadas para vender todo lo referente a «bajar de peso» «embellecer» «rejuvenecer» etc, es usar imágenes sobre el antes y el después de una persona, siendo siempre el antes un aspecto teóricamente negativo y siendo el después algo teóricamente mejor.

El enfrentamiento de 2 cuerpos que son la misma persona. El enfrentamiento de dos formas de un cuerpo que cuentan diferentes historias que a nadie le importan porque lo que importa es cuántos kilos hay en una y en otra imagen, cuantas arrugas disminuiste, cuantos centímetros se levantaron tus glúteos o que tan invisible son tus marcas o cicatrices.

Antes yo era flaca, la foto que más flaca me muestra era con uno de mis hijos en brazos, 43 kilos, el cuerpo lleno de moretones de los golpes del padre de ese bebé, muy maquillada, muy triste, mi abuela hizo imprimir esa foto bien grande, la puso visible y cuando tiempo después mi «yo gorda» la visitaba, me decía que no me costaba nada volver a ese cuerpito, tan linda que estaba, tan delicadita, toda la familia coincidía… Hoy en día no salgo en ninguna foto de mis parientes.

¿El antes y el después de qué? 

¿Qué queremos probar al enfrentar los cuerpos que transitamos? ¿Porqué asumir que lo delgado siempre es mejor a pesar de todo?

¿Porqué un cuerpo delgado es sinónimo de éxito, de logro obtenido?

El activismo gorde no busca una aceptación abnegada y obsecuente de la gordura, busca incomodar, remover, romper, interpelar, crear …. Crear formas de ver y tratarnos, un poco más humanamente. Debemos dejar de opinar de los cuerpos de las personas y debemos dejar de usar las formas corporales diversas como sinónimos de lo malo y lo bueno y sobre todo y más que nada, deben dejar de asociar gordura con negatividad. 

Lo voy a repetir hasta hartazgo, el gordoodio mata.